miércoles, 27 de abril de 2016

A vueltas con los "provacunas" y los "antivacunas"


Ahora que ha pasado aquella oleada de noticias relacionadas con la cuestión de la conveniencia o no de aplicar las vacunas, es conveniente analizar la cuestión con una mayor tranquilidad. La cuestión saltó hace más o menos un año en los medios de comunicación, ya que se produjo la desgraciada muerte de un menor de 6 años debido a la enfermedad difteria. Este menor no había cumplido con el calendario de vacunación estipulado, en el cual se encontraba la inmunización contra la difteria, enfermedad que está prácticamente erradicada en los países denominados desarrollados

El asunto tomó un cariz mucho más dramático, en el momento en que se constató que los padres pertenecían a un potente movimiento antivacunación, que se encuadraba dentro de un movimiento más complejo que pretende abogar por llevar una vida más sana, alejada de las urbes, y que ha sido tildado como movimiento neorrural.

Los propios padres dijeron que se habían sentido engañados por los antivacunas, porque les habían prometido la no necesidad de la inmunización, por ser esta peligrosa y con graves efectos secundarios, entre los cuales resaltaban el autismo.


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Se desató todo un debate de hacia donde derivaría esta cuestión, si realmente esto tenía incidencia o no la tenía, es decir, si el movimento anti vacunas estaba realmente fuerte, la cuestión incluso tomó una dirección de debate ético-moral. Hubo toda una respuesta a esto destacando todos los beneficios de las vacunas, con el apoyo de la OMS, y de los empresarios y farmaceúticas que tienen un beneficio con las medicinas, entre ellas las vacunas.

Es evidente que las vacunas juegan y han jugado un papel clave en la erradicación de determinadas enfermedades, pero no es menos cierto que el análisis no debe dejar a un lado a beneficio de quién se ponen estos avances de la ciencia. Es decir, si la cuestión se queda en el ámbito empresarial, donde tenemos a supuestos filántropos como es el caso de Bill Gates y su fundación Bill y Melinda Gates, desde la cual se ha donado una grandísima fortuna, que sirve como una plataforma para evadir impuestos por la exención total de ellos característica de estas sociedades (y esto es aún más relevante en Estados Unidos, lugar donde la exención es total), entonces el análisis debe ir también a este aspecto. No se debe olvidar que Bill Gates ha doblado su fortuna gracias a los beneficios que le reportan la venta de vacunas y que en la web de la fundación se puede ver cómo la idea es llegar a zonas como Etiopia, Somalia y otros países africanos...

En conclusión, claro que vacunarse es básico para prevenir enfermedades que como la difteria se creían casi erradicadas; esto es así en los países desarrollados en los que el acceso a las vacunas se da por sentado. No olvidando que existen efectos secundarios, pero que estos son nimios comparados con la incidencia de las enfermedades que se podrían producir en caso de rechazar la vacuna. Aún así, no se debe olvidar que las vacunas son solamente un paso más en el desarrollo, es decir, la mayor importancia para prevenir cualquier enfermedad la tiene tanto la higiene personal como una correcta alimentación; aspectos que nos llevan a la cuestión de los países africanos que se encuentran en un estado de plena pobreza (Etiopia y Somalia son vivos ejemplos de ello), que primero tienen que encontrar la vía para desarrollarse correctamente y así poder garantizar a toda la población un suministro básico de agua potable, comida en buen estado y la suficiente higiene, para tener después acceso a una vacunación correcta. Se debe ser precavidos cuando se lanzan cifras como 1500000 de niños muertos por no vacunarse en el mundo, sin señalar que esta cifra no es achacable en su mayoría a niños de países desarrollados, sino en gran parte en países del llamado Tercer Mundo, que han muerto no solo por la falta de vacunación, sino por las condiciones de no acceso a aspectos básicos del ser humano.

Por último, no quisiera olvidar que mucho del crecimiento de estos movimientos antivacunación, fue debido al desastre que supuso la campaña de vacunación contra la llamada Gripe Cerda, que supuso la destrucción de las vacunas por su peligrosidad y su falta de control, y además la nula incidencia que finalmente tuvo la enfermedad. Esto desató toda una pléyade de conspiraciones variadas. 

Me quiero despedir con este vídeo de un conocido antivacunas, ya que creo que es necesario escuchar los argumentos de ambas partes, para así tener la posibilidad de rebatir estas cuestiones.






Félix Díaz Castaño

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